Alexandria


Estruendosos ríos blancos y rojos

En un ocaso rojo-naranja, un edificio me estorba ver a donde fue el sol

una pequeña ventana entre la malla de cemento mira atenta al gran mediterráneo,

observa el paso de las olas, los autos, la humanidad ruidosa, el paso del tiempo sin afán

Respira humo frente a un mar azul en paz y calma, que contrasta con el caos de la orilla

El ocaso avanza dejando pinceladas de color.

De rojo a naranja, de azul claro a gris… dejando preguntas

Qué haremos cuando ya no esté? Qué pasará cuando nos de frio?

Volveremos al mar? Volveremos en paz?

Los transeúntes cumplen con su temporal paso por aquí

los caminantes, los motorizados, los que vienen y van,

todos pasan con prisa, con ruido, sin nombre, sin rostro, 

solo la impresión de sus exostos dura un poco más que su efímero paso por este lugar

Solo queda el lugar, del que se observa y se absorve, 

el humo y el ruído, el momento intranquilo, 

el lugar que piensa y recibe, que sufre, 

que acude al mar para su dosis de paz

El mar inmenso espera y reclama

estático entre tanta temporalidad, entre tanto humo y afán. 

La malla urbana enciende luces de colores que quieren reemplazar el sol, pero no pueden

El ocaso que era rojo ahora es gris

Y deja aún más preguntas que antes

Cuando aprenderemos a transformar el caos? 

Cuando nos daremos cuenta que este vivir es caos?

Cuando el humo y el ruido serán arte y vida?

Cuando pediremos al sol que no se vaya? Que no nos deje a la deriva?

Los transeuntes: 

ahora un rio blanco que viene y un rio rojo que va

que avanza espeso… que apenas avanza 

reclama su paso como si tuviera derecho a irrumpir

como si tuviera derecho a dañar en su paso por el mundo, a tomar nuestra paz

 

Desde un pedazo de esta urbanidad agobiada y doliente

se observa el ocaso ausente

pinceladas ahora grises y oscuras 

albergan más misterios para este lugar. 

El mediterráneo más oscuro, más sombrío, más profundo

Nos deja la noche, la existencia efímera

el hacer de este paso por el mundo 

más que un corto oscuro atardecer

nos queda el hacer diciente y pudiente

y la vida y la esperanza

la decision y la sabiduría de tener mañana

desde aqui, un nuevo amanecer…