Género y Desarrollo

La Problemática:

El mundo actual ‘avanzado’, ‘moderno’, lo es probablemente en referencia a los avances en ciencia y tecnología; sin embargo, al carecer todavía en una de las cuestiones más básicas como la igualdad de género, aún no ha evolucionado en su propia humanidad. Este reporte de la ONU (2019) llama la atención a que hoy en día existen 2,500 millones de mujeres y niñas que son afectadas por leyes de discriminación, y que, en vez de proteger su integridad y dignidad como personas, las humillan, oprimen, y hasta las hacen sufrir o morir. Es una situación inaceptable en el siglo XXI, pero una realidad de a puño que se vive en todos los países en diferentes intensidades.

A menudo se piensa que la discriminación contra la mujer es un tema ‘lejano’. Abusos contra mujeres como persecuciones, mutilación genital, matrimonios arreglados y tempranos, limitaciones en decisiones personales como sacar documentos de identificación, tener propiedad o incluso viajar, se tienden a relacionar con países de Oriente Medio o África, que están ‘lejos’ del mundo occidental, y nos encojemos de hombros en pensar en esos horrores ‘de allá’. Sin embargo, la discriminación contra la mujer se vive día a día en cada país (ya sea de oriente o de occidente), en diferentes círculos sociales, sectores y escalas. Abusos tal vez más ‘cercanos’ son la diferencia salarial, acoso sexual, miradas o insinuaciones en la calle, recarga de trabajo doméstico, quehaceres del hogar y cuidado de adultos mayores y niños, o hechos más sutiles como la invasión de espacio personal, o el uso de lenguaje. Todos estos abusos, obvios y/o sutiles, en el Lejano Oriente o en nuestra propia cocina, les pasan a ellas y a nosotras mismas. Es un problema transversal y estructural que es necesario abordar desde múltiples ámbitos y con variadas herramientas.

La estrategia expuesta en este informe de ONU Mujeres se centra en la “derogación o revisión de leyes discriminatorias como parte importante de una agenda de reforma legal… en igualdad de genero” (ibid). Desde una visión general se exponen varias áreas temáticas de interés prioritarias: derogar o reformar integralmente a leyes discriminatorias, promover el empoderamiento económico, promover la edad mínima para contraer matrimonio, fomentar leyes que protejan y apoyen a la victima de violaciones, así mismo como la igualdad en las relaciones familiares. Tal como se presentan estas líneas estratégicas en el reporte, dan la impresión de estar desconectadas unas de otras, y peor aún, de que se trabajan por separado.

No obstante, esta claro en otras partes de este informe, y en ONU Mujeres como institución, que bien si se tiene en cuenta la interconexión entre los problemas y sus relaciones de causa-efecto. Por ejemplo, el nivel de educación de una niña está relacionado a sus posibilidades de contraer matrimonio a una edad temprana, y a su vez con sus probabilidades de independencia económica en su vida adulta. Esta inter-dependencia de problemas genera una ‘espiral hacia abajo’ una vez comienza el ciclo. Sin embargo, esta estrecha relación entre unos problemas y otros, también puede ser usado como una cadena de soluciones. Esas mismas conexiones pueden crear una ‘espiral hacia arriba’ para romper el ciclo vicioso que se perpetua a través de la herencia del estatus quo de generación en generación.

La multi-dimensionalidad de la brecha de género

La desigualdad de género es un problema transversal. Así mismo, lo que entendemos como desarrollo humano integral tiene varias dimensiones. Por lo tanto, la ambiciosa meta que propone el reporte de ONU mujeres: la “igualdad ante la ley para las mujeres y niñas”, es un tema que debe ser abordado desde varias dimensiones. Aquí propongo las que considero más importantes:

  • Social: el acceso a la educación para niñas, adolescentes, y mujeres impacta directamente su desarrollo intelectual, social, económico, y consecuentemente su calidad de vida. También es fundamental la educación temprana, para ambos/todos los géneros, sobre el respeto y la igualdad para garantizar que las nuevas generaciones crezcan valorando la igualdad y la dignidad, y no perpetúen ni incrementen la brecha existente.
  • La cultura representa uno de los retos más grandes. Hay países donde es culturalmente aceptado y normalizado que las leyes no protejan a las mujeres, e incluso sean expresamente discriminadas y abusadas por la ley.
  • Desde el punto de vista de desarrollo urbano, el diseño de ciudades con perspectiva de genero es fundamental. Es fácil encontrar diseños urbanísticos para el equitativo disfrute de espacios públicos para niños y para mayores; pero es más difícil encontrarlos pensados en las variadas necesidades por género. 
  • Aunque la sostenibilidad usualmente se entiende como ambiental, aquí es muy importante pensarla como la sostenibilidad de la humanidad entera. Al oprimir y discriminar a las mujeres en cualquier parte del mundo, se esta reprimiendo al 50% de la población. Es contradictorio, cuando las mujeres son precisamente las que tienen la tarea de reproducción, una encomienda fundamental para la regeneración y supervivencia de la especie. 
  • Económico: Según el mencionado reporte de ONU mujeres, el empoderamiento socio-cultural, político y legal conlleva también al empoderamiento económico. Desde un punto de vista meramente matemático, la economía de un país sería más robusta al explotar el potencial económico de las mujeres mediante mejores trabajos, producción de bienes y servicios, desarrollo de ideas, inventos, y patentes, y la creación de negocios.
  • El empoderamiento político de las mujeres, puede tener repercusiones medio-ambientales también. Las ideas de las mujeres usualmente atraen nuevas y variadas perspectivas, que pueden nutrir el pensamiento político de una sociedad en mayor manera que si este se limita únicamente a la visión de los hombres. La sensibilidad femenina, se aprecia en la afinidad de movimientos feministas y medio-ambientalistas, y causas sensibles o humanas como la protección de refugiados, de la infancia, y de los animales.

Elementos de pensamiento para el cambio:

Primero que todo, vale resaltar que concuerdo con este reporte en que la posibilidad de cambio depende del esfuerzo conjunto de múltiples organizaciones y sectores de la sociedad. Es indispensable la inclusión de todos los sectores, y optar por un modelo “de 5 hélices” (penta-helix model), el cual se refiere a los 5 sectores: público, privado, el tercer sector, la academia, y la sociedad civil. Es importante hacer acciones colectivas en cada uno de estos sectores y a diferentes escalas (local, nacional, e internacional) para cualquier proceso que anhele ser verdaderamente transformador.

El reporte de ONU Mujeres informa que la estrategia se implementará a través de cuatro niveles de compromiso: (1) órganos regionales e inter-regionales, (2) gobiernos nacionales, (3) organizaciones de la sociedad civil, (4) instituciones legislativas y judiciales (ibid). Sorprende un poco la clasificación del compromiso de esta manera. Admisiblemente, son importantes los niveles regionales y nacionales de gobiernos para reformar leyes a niveles institucionales altos. Pero se echa de menos la mención del rol de gobiernos locales y administraciones públicas a nivel local para que visibilicen el tema, provean apoyo institucional y servicios sociales a las víctimas de discriminación de género, y participen en el cambio ideológico. El nivel local es el campo de acción más importante para la implementación de lo estipulado en instancias de gobierno superiores.

En mi opinión, también estos cuatro niveles de compromiso confunden niveles con sectores. Por niveles me refiero a niveles de actuación (eg. Local/distrito, ciudad/área metropolitana, regional/provincia, nacional, internacional), y sectores como los 5 arriba mencionados (público, privado, el tercer sector, la academia, y la sociedad civil). Por lo tanto, opino que el compromiso requiere esfuerzos en todos los niveles de gobierno, en todos los sectores, y requiere muchos más ‘niveles de compromiso’ que cuatro. Tenemos que reconocer la tarea titánica que es cambiar el estatus quo, resultado de la forma de pensar de las personas, instituciones, y naciones, que se ha conformado por siglos. 

Pienso que una verdadera propuesta de acción para esta tarea requiere mucho más que lo que se pueda esbozar en este blog, pero aprovecharé el espacio por lo menos para elucidar 3 elementos que considero son parte imprescindible para la deseada transformación:

  1. Primero, hay que pensar en un ente regulatorio internacional con poder de exigir cumplimiento de las leyes que ya existen para la protección de mujeres e igualdad de genero. La Declaración y Plataforma de Acción de Beijing “enfatiza el deber de todos los Estados de implementar la Plataforma de Acción a través de leyes nacionales para transformar las normas sociales discriminatorias y los estereotipos de género y avanzar más eficazmente hacia la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres y el logro de los derechos humanos de las mujeres y las niñas”. Lo cual suena bonito, pero no sirve de mucho si no pasa nada cuando se incumplen los acuerdos firmados y los compromisos acogidos. “Una ley que no se aplica, no funciona para quienes más la necesitan”.
  2. Este primer punto es muy importante, pero a mi parecer, la dificultad más grande no es política o institucional, sino cultural e ideológica. La forma de pensar de las actuales sociedades, tanto hombres como mujeres, perpetuará las ‘espirales hacia abajo’ si es que no se interrumpen con una forma de pensar alternativa. Para esto es clave un segundo actor: la religión. En el catolicismo hay una expresión que dice “la fe mueve montañas”, y yo agregaría que las puede mover para bien o para mal. Lo que si es evidente es que la religión moviliza las masas, y los dogmas se fijan en el fondo de los seres para guiar su actuar por convicción más que por incentivos, leyes o represiones. 
  3. Por ultimo, los medios de comunicación, así como la religión, mueven montañas y masas, y puede ser para bien o para mal, para incentivar el consumo de ideas o productos, para concientizar, facilitar comunicación para crear redes de solidaridad, promover valores en la sociedad, y, por ende, para la transformación ideológica y cultural. 

 

Estos 3 elementos pueden ser vistos como armas o como herramientas, depende del propósito y la intensión del orquestador; pero indiscutiblemente poseen un potencial latente… durmiente, el cual es necesario despertar.

Photo by Jill Wellington, Pexels

Referencias Bibliográficas:

ONU Mujeres, 2019. “Igualdad ante la ley para las mujeres y niñas para el año 2030: Una estrategia de múltiples partes interesadas para la acción acelerada”. Reporte elaborado por sección de Liderazgo y Gobernanza. ONU Mujeres. Nueva York.

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